Painters

Apellániz López, Jesús

Es Jesús Apellániz el primer profesional que tiene la pintura alavesa de postguerra. Ahora, en el meridiano de su vida, se produce justamente el arranque definitivo de su incesante y extensa carrera como paisajista. Pintor andariego por antonomasia, trotamundos infatigable, recorre los cuatro puntos cardinales de la geografía peninsular solo o con la única compañía de su hijo Andrés.

La década de los cuarenta, y, en menor medida, la de los cincuenta, es la época de sus grandes exposiciones individuales. Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Pamplona, Zaragoza, Barcelona, Palma de Mallorca, Madrid, Valladolid, Gijón, La Coruña, Vigo, Pontevedra... son las principales ciudades donde exhibe sus obras. Años después, en 1953, viaja de nuevo a París, y siete años más tarde a Italia y la Costa Azul francesa, recogiendo innumerables apuntes, bocetos y cuadros de estas excursiones.

Si a partir de los años cincuenta decrece sensiblemente el número de sus muestras individuales, esto no implica un descenso en el ritmo de trabajo, pues sigue manteniéndose a buen nivel. Lo que ocurre es que en 1954 inaugura una nueva galería de antigüedades en el centro de su ciudad natal, en el número 7 de la calle General Álava, galería que alterna sus fondos en los períodos estivales con el espacio expositivo que ya tenía abierto desde hacía más de una década en Zarautz, que seguía disfrutando de una selecta clientela.

Con la apertura de la galería vitoriana, además de exhibir el trabajo de otros pintores contemporáneos, y de montar alguna que otra retrospectiva, como la dispensada al maestro Ignacio Díaz Olano en 1954, destina un fondo permanente para sus propios cuadros. De este modo ya no tiene necesidad de transitar por la geografía española como antaño para dar a conocer lo último de su producción.