Painters

Amonarriz Artano, Marta

Polifacética artista guipuzcoana nacida en Tolosa en 1975 y afincada en Mutriku (Gipuzkoa).

Licenciada en Bellas Artes por la UPV (Universidad del País Vasco), realiza en el 2002 el curso titulado Integración del QTVR en las Tecnologías Multimedia patrocinado por el Gobierno Vasco y otro de Técnico Multimedia en la Escuela de Cine y Vídeo de Andoain.

En 1999-2000 obtiene una beca Erasmus y la desarrolla en la Escuela Superior de Artes Plásticas y Visuales (ESAPV) de Mons (Bélgica) y en 2001-2002 la Beca de Creación Artística, concedida por la Diputación Foral de Gipuzkoa.

Como exposiciones colectivas destacan la de dibujo fantástico en el Café Boulevard de Bilbao en 1987 y la de pintura en el café-teatro de Baracaldo en 1988. En el 2000 participa en una exposición de escultura en la Maison du Femmes de Bruselas, con motivo del Parcour des Artistes. En 2001 participa en el XXXIX Certamen de Artistas Noveles en su especialidad de fotografía y en las muestras itinerantes de escultura Generación 2001 y Generación 2002 organizadas por Caja Madrid en las que seleccionan su obra.

El deseo de ser invisible, lleva a la autora en uno de sus trabajos, a reflexionar sobre el concepto de camuflaje, consiguiendo así la integración del cuerpo en un medio natural, a través de una nueva piel artificial. El resultado, es un ser camaleónico que se arrastra y se confunde con lo que le rodea. Se trata de una reconciliación con la naturaleza, buscando una relación íntima con el entorno. Un ritual de comunión con la tierra, cargado de erotismo, en el cual la alusión a la muerte se hace inevitable, pero de una forma apacible, como asumiendo la importancia de su papel dentro del ciclo natural de la vida. El cuerpo recoge sobre su nueva piel parte de la arena, la cual queda como recuerdo de esta acción y que la artista guarda como un obsequio de la naturaleza. Este trabajo encuentra sus orígenes en uno anterior llamado Passages, que fue seleccionado para participar en la exposición Generación 2001 de Caja Madrid, donde también se recoge lo que nos ofrecen las diferentes superficies a nuestro paso. En esta obra titulada HondarE, se crea un juego de palabras en vasco, que muestra el sentido de la obra, pues por una parte, "hondar" significa "arena" y por otra "ondare" se podría traducir como "legado".

Se refleja al mismo tiempo cierto concepto de la moda, sobre todo en la forma de guardar el objeto, metido en una caja, con sus etiquetas y su propio logotipo, como si fuera de una conocida marca comercial, lo que a su vez recalcaría el lado mercantil del arte. De todas formas, con este vestido no se trata de marcar la diferencia o de crear estilo, sino de reducir la distancia con respecto al paisaje que nos rodea.

Se ponen en contacto dos mundos casi opuestos, lo cual se percibe rápidamente al observar la obra, y ver el espíritu desordenado, caótico del vestido, junto a la pulcritud de la caja y las etiquetas.

La obra Relicario es seleccionada para la exposición colectiva de Fem Art en Barcelona en 2003. Se trata de una obra realizada en el 2002 con fotografía, alambre, goma espuma y una cajita de cartón. La propia autora explica la obra:

"cogiendo como punto de partida la obra anterior, empecé a utilizar diferentes partes de la foto, manipulándolas a través del ordenador, para conseguir diferentes resultados. En este caso, la imagen resultante es abstracta, pero nos puede sugerir una especie de pinchazo, picadura, etc., que yo personalmente identifico con el corazón. De ahí surgió la idea de transformar la foto en un collar, siendo este un objeto íntimamente ligado a la mujer, y que nos transmite la sensación de lo valioso, tanto material, como sentimentalmente".