Monasteries

ALBELDA

Monasterio benedictino colocado bajo la advocación de San Martín de Tours y fundado por Don Sancho I Garcés de Navarra el día 5 de enero de la era 962, año de Cristo 924, para dar hospitalidad a los caminantes en acción de gracias por la reconquista de Viguera ocurrida felizmente el año anterior. En sus comienzos fue un edificio pequeño edificado al pie de la peña Salagona, toda ella yesosa y de fáciles desprendimientos como el que ocurrió en 1683 en el que quedó destruido totalmente el monasterio. Desde los comienzos tuvo Albelda muchos monjes que llegaron hasta doscientos poco después de su fundación. Aquí el abad Vigila o Vela escribió el famoso Códice Albendense o Códice Vigiliano que actualmente se encuentra en el Escorial desde el tiempo de Felipe II. v. ALBELDENSE, Cronicón. Igualmente escribió su obra en este monasterio el poeta y abad Salvio. v. SALVIO. El año 950 se le incorporó el monasterio de San Prudencio. Las donaciones fueron abundantes ya desde el año siguiente de su fundación pues en 925 el rey les dona cuanto posee en Aberite como son casas, tierras, huertos y viñas. En 928, un huerto y una viña en Arnedo, una pieza en Nozeta, y tres en Lorenzana. En 928 el rey García I y su madre Doña Toda les dona la hacienda del moro Abdella iben Motaoaz en Tricio. En 933, donación real de Auñón que el documento dice Urrione. En 943, el obispo Tudemiro, les dona sus posesiones de Mahabe. En 947, unas eras de sal en Géniz o Yániz, el rey les da Varea, y el mismo obispo Tudemiro, 14 piezas, 7 viñas, casas, huertos y dos caseríos en Huércanos y dos molinos en Mahabe. Entre 940 y 950 reciben varias casas, tierras y viñas en Cervera, Cornago y Préjano. De los años 953, 963, 964, 973 y 978 son varias donaciones de campos, viñas, una casa y la hacienda completa que le da Abgamiza en Santa Eulalia. Transcurre un lapso de 46 años para cuando se le incorpora el pequeño monasterio de Onsoayn. En ese tiempo, sin que se sepan las causas, este y otros monasterios navarros se amunan y abandonan, pues entre 1015 y 1027 Sancho el Mayor restaura y restituye en sus posesiones y hacienda los monasterios de San Juan de Oriol, San Salvador de Leyre, Santa María de Irache, San Martín de Albelda, San Martín de Berceo, San Salvador de Oña y San Pedro de Cardeña, los cuales -dice- "han sido destruidos o por abandono o por crueldad de sus perseguidores". Sus abades fueron los siguientes: Pedro I, "Abad Fundador", 1 de diciembre 921, 5 enero 934; Gabelch, 5 de enero de 925; Gomesano, 6 de febrero de 928; Pedro II, 20 septiembre 928; Oriol, Auriolo o Aurelio, 11 enero 931 Gómez, 26 junio 933; Munio, 30 enero 942; El "Santo Padre" Abad Dulquito, 22 noviembre 942, primeros enero 951; Salvio, 953-955, 2 diciembre 964; Maurelo o Morillo, 30 noviembre 972, 25 mayo 796; Vigila o Vela, 1 octubre 983; Rapinato, 4 mayo 985; García, 988-992; Blas, 993-996-997; Leoario, 17 mayo 1024. Actualmente no quedan vestigios del monasterio; sólo algunos topónimos como la Claustra, el Cementerio y la Panera, pero las excavaciones de 1926 descubrieron restos visigóticos de una sola nave y ábside cuadrado. Las ilustraciones del Código Albendense dejan ver también un arco visigótico que consuena con los hallazgos citados. Ref.: Cantera Orive, Julián: El Primer siglo del Monasterio de Albelda. "Berceo", 1950, 13-24, 313-326, 509-521; 1951, 175186, 531-541; 1952, 293-308.

Bernardo ANAUT