Biographies

AGUIRRE, Francisco de

Conquistador del s. XVI. Compañero de Pedro de Valdivia en la conquista de Chile. En el acta del cabildo de Santiago del 10 de junio de 1541 aparece como primer alcalde de Santiago. Este hecho consta en el monumento a Valdivia erigido en el cerco de Santa Lucía de Santiago. Su casa de la Plaza de Armas era una de las principales, asemejándose, según los cronistas, a un fortín de dos pisos. Las primeras acciones de Aguirre como conquistador pueden verse en el art. AMERICA de esta Enciclopedia. Fundó La Serena en el norte chileno y la dotó de una fundición. En Tucumán, Argentina actual, fundó Santiago del Estero. La ciudad del Barco, antecesora de esta última, llevaba una vida errante al mando de su fundador Nuñez de Prado. Aguirre mandó a éste esposado a Chile, expulsó a todos los eclesiásticos y a 20 vecinos. La férrea mano de Aguirre acabó con la alegre vida nómada de la ciudad fijándola en la actual Santiago del Estero. El gobernador Valdivia muere a mano de los mapuches el 25-12-1553, habiendo nombrado como sucesores en la gobernación de Chile en primer lugar a Jerónimo de Atderete, que estaba en España, y en segundo lugar a Francisco de Aguirre, que se encontraba en Tucumán. El cabildo de Santiago sospechaba que el contenido del testamento favorecía a Aguirre y tomó las medidas oportunas elevando -sesión del II de enero de I554- al teniente de gobernador Rodrigo de Quiroga a capitán general y justicia mayor, hasta que S.M. se dignara proveer la gobernación. El temor a Francisco de Aguirre hizo reunirse al Cabido en una segunda sesión el mismo día. Se prohibe a los habitantes de Santiago enviar cartas al exterior sin haberlas mostrado antes en el Cabildo, so pena de cortarles la mano derecha y pago de mil pesos oro para la cámara de su majestad. Asegurado el secreto con esta «censura previa», el día 12 de enero de 1554 se abrió el testamento con el contenido ya dicho. El Cabildo temía «las arbitrariedades y dureza de carácter» de Aguirre y que se presentara en Santiago a reclamar sus derechos. Acordó también que se cosiera el testamento al libro de actas y se guardara estricto secreto. Pero Valdivia había depositado una copia del testamento en Concepción. El 22 de marzo llegó la noticia a Francisco de Aguirre que se hizo proclamar gobernador en Tucumán. Pocos días después La Serena lo recibía como gobernador de Chile. El cabildo, respaldado por el general Villagra, prohibió la marcha de Aguirre sobre Santiago y envió un emisario a Lima, pidiendo un gobernador interino. El cabildo acordó una consulta a los letrados Antonio de las Peñas y Julián Gutierrez de Altamirano que se reunieron en un buque anclado en Valparaiso. Debían elegir como sucesor de Valdivia entre Villagra y Aguirre. Su veredicto no fue sino un aplazamiento del pleito. Antonio de las Peñas por temor a Aguirre, huyó al Perú. Pero más tarde, fue atrapado y Aguirre hizo que le cortaran las narices. Francisco de Aguirre, desde la Serena observaba los acontecimientos e interceptaba la correspondencia del Perú. Sus intentos de proclamarse gobernador en Santiago fracasaron. Envió a su hijo Hernando con 16 hombres de a caballo con ánimo de levantar a sus partidarios de Santiago, pero fueron apresados y luego puestos en libertad «para no agriar más a su padre» (Encina). El 13 de febrero de 1555 la audiencia de Lima anuló las disposiciones testamentarias de Valdivia cortando definitivamente las pretensiones de Aguirre. Cuando las rivalidades de Villagra y Aguirre se habían sosegado se presentó en Chile el joven García Hurtado de Mendoza, de veinte años, hijo del virrey del Perú, al mando de 300 hombres, «a poner orden a aquellos viejos turbulentos». «De allí les llevaron al Perú donde vivieron libres y amigos en la corte del virrey, pues su destierro no había sido sino una medida precautoria y harto blanda en aquellos días en que la precaución más en voga era cortar a sus enemigos la cabeza» (V. Mackenna).

Mariano ESTORNÉS LASA

Ref. «Historia de Chile», por Francisco A. Encina; «Historia Crítica y Social de la Ciudad de Santiago», por B. Vicuña Mackenna; «Crónica del Reino de Chile», por el capitán Pedro Mariño de Lobera. v. págs. 6 y 7 de la obra citada de B. Vicuña Mackenna.

Mariano ESTORNÉS LASA