El litoral vizcaíno se extiende en una longitud de unos 80 kilómetros, de Este a Oeste, desde Ondárroa hasta Ontón en los confines de Santander. La costa vizcaína, de una rara belleza, presenta numerosos accidentes geográficos: altos acantilados, salientes cabos, rías sorprendentes y minúsculas como la de Ea, de suave belleza, como las de Guernica y Gaminitz, o soberbia y llena de factorías como la de Bilbao. Los cabos de Santa Clara de Ondárroa, Santa Catalina en Lequeitio, Punta Ea, Ogoño, Matxitxako, Villano, Galea y Lucero, con otra serie de menor importancia, marcan el relieve marítimo. Las rías vizcaínas de Ondárroa, Lequeitio, Mundaca y Bilbao, abrigan importantes flotas pesqueras. En la de Bilbao los puertos de Algorta, Santurce, Portugalete y Sestao. Y 15 km. de muelles hasta el paseo del Arenal de Bilbao, mueven el tráfico pesquero y el importantísimo de la gran industria. Los pequeños puertos o ensenadas de Ea, Elanchove, Arminza, Plencia y Ciérvana también poseen sus canoas o pequeñas flotas pesqueras. El importante puerto pesquero de Bermeo se halla fuera de la ría de Mundaca, cerca del cabo Matxitxako, el más importante de la costa vasca. La ría de Somorrostro, en período de relleno, no posee puerto alguno. El que existía en Poveña se ve ya tapado por las arenas. Sólo hay un cargadero de mineral. El recorrido de la costa vizcaína es un regalo para la vista. Además de los accidentes geográficos que hemos mencionado, debemos citar los islotes de San Nicolás de Lequeitio, Sandiandere y Txatxarramendi en la ría de Mundaca, Izaro frente a Bermeo, Aketxe y Gaztelugatxe entre Bermeo y Baquio, y Villano en Gorlitz.
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