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VADOLUENGO

Tratado de Vadoluengo (1135). Tuvo lugar a raíz de la muerte del rey Alfonso I el Batallador, dejando sus reinos de Pamplona y de Aragón a las Ordenes Militares. Para resolver el asunto se reunieron en Vadoluengo, cerca de Sangüesa, los representantes de Ramiro el Monje, don Cajal, don Ferriz de Huesca y don Pedro Taresa; y los de García Ramírez, conde don Ladrón, señor de Araba, Gipuzkoa y Bizkaia, que llevaba consigo la adhesión del occidente del Reino; Guillermo Aznar de Oteiza y Xemen Aznar de Torres. Mientras los reunidos usaban del diálogo, Alfonso VII de Castilla avanzaba por la Rioja presentándose delante de Zaragoza en diciembre de dicho año. El acuerdo de Vadoluengo se consiguió conciliando las tradiciones jurídicas de Aragón y de Pamplona estableciendo las figuras de «padre», a favor de Ramiro, y de «hijo» a favor de García. El aragonés ejercería la potestad directa sobre el pueblo en tanto que García la ejercitaría con los hombres y todo asunto de guerra. En cuanto a los límites del Reino se señalaban los establecidos en el testamento de Sancho el Mayor. Las tenencias, el rey García las tenía en Aragón y Ramiro en el Reino de Pamplona. Lo curioso es que en un principio quedaban para Aragón, Bigüezal y Roncal hasta la unión del Irati con el Salazar. Los ríos Irati, Aragón y Ebro servirían de límites. Pero la ficción, padre-hijo, dio algún fruto: Ramiro entregaba a García, Bigüezal, Roncal, Alesues (Villafranca), Cadreita y Valtierra. En el acuerdo de Vadoluengo tuvo su peso la adhesión de don Ladrón de parte de Araba, Gipuzkoa y Bizkaia, y el apoyo del obispo Larrosa, de Pamplona. En cambio, el Abad de Leire, García, era partidario de Ramiro. No obstante la concordia de ambas partes, lo tratado en Vadoluengo, era también inviable. Solamente de enero a mayo los documentos aragoneses hacen constar esa dependencia que no aparece en los documentos pamploneses. El texto original latino podemos encontrarlo editado por Bofarull en «Colección de documentos inéditos, Archivo Corona de Aragón», IV, 64. Su traducción castellana es como sigue:
Esta es copia fielmente copiada el III idus junio año el Señor Mo CCo XCo de un pergamino cuyo tenor es así. Comienza desde la muerte del rey Alfonso después de la muerte del rey aragonés Alfonso Magno se levantaron los navarros y se reunieron Ladrón hijo del señor Eneko Véliz, Guillerma Azenarz de Orteza y Semen Azenarz de Torres y el obispo de Pamplona Sanzio de Larossa éstos con muchos otros y eligieron rey en Pamplona al ciudadano Garsía Remíriz sin acuerdo de los aragoneses. Pero al oír los aragoneses esto que los navarros sin su acuerdo se proclamaron un rey para que no desapareciera la raza de reyes aragoneses, eligieron para sí en rey a Ranimiro (Ramiro) hermano del difunto rey Alfonso, hijo de Sanzio rey de buena memoria. Con esto surgió la guerra entre aragoneses y pamploneses: por fin pasado un año para que no estuvieran en guerra aragoneses con pamploneses y pamploneses con aragoneses porque hermandad y consanguinidad urgía varones probos y sabios de ambas partes se reunieron por parte de Aragón Lexal y Ferriz de Osca (Huesca) y Pedro Atereza; por parte de Navarra el suprascrito Ladrón y Guillermo Azenarz y Semen Azenarz y se juntaron en el Vado Longo y trataron de cómo tener paz aragoneses con navarros y navarros con aragoneses y de amigar a ambos reyes y que sería rey Raimundo padre y rey Garsía Remíriz hijo, sin embargo cada cual conocería su reino: y que el rey Ranimiro estuviese sobre todo el pueblo y el rey Garsía Remíriz sobre todos los soldados y él mismo llevara las guerras y dirigiera las batallas. Por ambas partes fue bien visto el consejo y por ambas partes alabado y firmado entre todos. Al rey Ranimiro vinieron Ladrón y Guillermo Azenarz y Semen Azenarz y Lexal y Ferriz y Pedro Atareza y tantas y tantas grandes cosas le dijeron que le agradó y asintió el acuerdo de ellos. Decidieron una fecha y vino el rey Ranimiro a Pamplona con estos suprascritos en día de sábado y el rey Garsía Remiris salió con sus soldados a su encuentro y lo recibió con gran honor: y así también el obispo con sus canónigos y muchos otros clérigos lo recibió honrosamente con una gran procesión. Todo aquel día decidieron y firmaron lo que va escrito más arriba y dividieron el reino aragonés del reino de Pamplona como lo dividió el rey Sancio el Mayor, excepto aquellas pertenencias que dio al rey Garsia en Aragón y al rey Ranimiro en Navarra desde Santa Garsía hasta Biezal con todo Roncal: establecieron para Aragón como siempre fue honor desde Rosta y Biozali tal como corre el Sarasazo hasta que cae en Iola y desde allí siguiendo la corriente hasta el puente de S. Martín y desde el puente de S. Martín hasta que atraviesa Iola y divide Navarra y Aragón que cae en el río de Aragón. Y desde allí por medio del puente hasta Vado Longo y desde Vado Longo hasta Galipenzo (Gallipienzo) y desde Galipenzo siguiendo al río Aragón hasta su confluencia con el Anga y cae sobre el gran río Ebro y siguiendo la corriente del Iber hasta Tudela. Todo esto fue firmado y alabado a un tiempo por el rey aragonés Ranimiro y por el pamplonés Garsía Remíriz; eran las dos partes. Terminado esto, el rey Garsía Remíriz con Lexal y Férriz y Pedro Atereza y el predicho Ladrón y Guillermo Azenarz suplicó al rey Ranimiro que, ya que era padre e hijo le diera algo de su reino como un padre a su hijo y lo tuviera por tal: aquellos piden Roncal y Alasos y Quaderra y Balterra el cual persuadido por los suplicantes se lo concedió y le dio Roncal hasta Brozal y Alasos y Quaderra y Balterra y las tuviera por su mano y esto durante su vida, es decir durante la vida del rey Garsía Remíriz y le rindió homenaje de que así lo reconocía y de que después de su muerte no pudiera alzarse un hijo suyo con este honor. Y entonces aquel día firmaron entre sí amistades y paces: pero aquella misma noche vino uno del consejo del rey Garsía Remíriz al rey aragonés Remiro diciéndole en secreto: sabiendo en verdad que el rey Garsía Remíriz tomó consejo con alguno de los suyos de que mañana le rinda el homenaje que le hizo sobre Roncal y Alesos y Quaderra y Balterra (te notifico) que se le ha dado el consejo de que ahora puede poseer tu reino porque eres monje y no te conviene el reino y si no pudieras rendirle homenaje no le sueltes hasta que te lo rinda y le confíes el reino de Aragón y ten esto como cierto: mira qué debes hacer sobre esto. Al oír tal el rey Ranimiro sintió pavor pensando haber sido engañado por los suyos: sin embargo, llamando así a Caxal y Férriz y Pedro Atereza les relató todo lo que se le había dicho, los cuales apenas pudieron creer cómo tal pudiera hacerse, sin embargo reunidos en secreto, de noche, y con cautela se retiraron y cabalgando toda la noche, al amanecer del domingo llegaron con unos pocos al monasterio ligerense y los recibieron honoríficamente Garsía abad de S. Salvador y todos los monjes de Leyre con gran devoción y gran procesión como a su rey y señor natural y le dieron la espada de Lop Johan cual en todo el reino no podía encontrarse y permaneció allí tres días esperando a aquellos que habían enviado (a) Pamplona, pero por la mañana, al comprobar el rey Garsía Remíriz que era así que había sido engañado por los aragoneses se airó enormemente: y llamando a sí al obispo y a los magnates que había reunido allí, les pidió consejo; le aconsejaron éstos que nombrara un conde de su tierra, que juntara soldados y los preparara para poder defenderse de enemigos; añadiendo éstos que todo cuanto habían hecho los aragoneses lo habían hecho por consejo de Caxal, pues el consejo de Caxal entonces era como el consejo de un archifeliz, y si por alguna ocasión o de cualquier forma se pudiera explicar a Caxal quedaría deshecho el plan de los aragoneses y que además el tesoro de Caxal podría disponer de 200 y 300 soldados de todas armas y que de momento recibiera el tesoro de Santa María de Pamplona y dispusiera de soldados. Mucho agradó al rey Garsía Remíriz el consejo y el mismo día nombró conde en Pamplona a Ladrón, hijo del señor Eneko Véliz y pidió al obispo y a los canónigos el tesoro de Santa María y trazó una emboscada para poder detener a Caxal. Y ocurrió que el rey de Aragón Renimiro envió a Caxal al emperador: y creyendo Caxal que tenía amistad con algunos magnates de Navarra envió a preguntar si podía tener paso por Navarra, llegaron dos magnates navarros, iban con Caxal por Navarra y entre Zirauchi (Cirauqui) y Ochoren fue capturado Caxal. Porque era Caxal muy amigo de Garsía abad de Leyre que después por mandato del rey aragonés Ranimiro dio el tesoro de S. Salvador como rescate por Caxal. También Caxal por mandato de su señor el rey aragonés dio a S. Salvador todo lo que tenía en Tudela, en San Adrián de Vado Longo, todo lo que tenía excepto lo que había dado a los Cluniacenses.

Bernardo ESTORNÉS LASA