Udalak

LAZKAO

La iglesia parroquial de San Miguel se erigió entre el último tercio del siglo XVI y principios del siglo XVII. De esta forma, en la última de las fechas indicadas los maestros canteros Martín de Apaztegui y Domingo de Aristiburu serían los responsables de la fábrica. Después, en 1636, Martín de Abaria se encargaría de ensanchar el altar mayor y finalizar la construcción. Con todo, la nueva sacristía se iniciaría en 1664, mientras que la realización de las bóvedas se llevó a cabo a finales de ese mismo siglo. Es un edificio de planta rectangular, provisto de cuatro tramos cubiertos con bóvedas de cuarto de estera y torre en la cabecera del templo. El retablo mayor es una realización neoclásica, cuyo diseño, efectuado en 1791, correspondió a Diego Díaz del Valle. Se trata de un retablo hornacina que se amolda perfectamente al espacio de la cabecera y en el cual predomina el componente pictórico. El retablo de Santo Domingo, realización de carácter manierista aún, se encuentra situado en el lado del evangelio. Fue realizado en 1619 por Domingo de Echeverría. El retablo de Nuestra Señora, por su parte, se sitúa en la capilla del lado de la epístola. Probablemente es el realizado por Miguel de Zozaya en 1631.

Muy cerca del edificio señalado se encuentra el palacio de los Lazcano, cuya construcción tendría lugar en torno a 1640. Según parece, sería María de Lazcano, esposa del almirante Antonio de Oquendo, quien mandaría erigirlo en el año 1638. Provisto de patio central de planta cuadrada, su fachada principal está formada por un cuerpo central flanqueado por torres. Edificio de carácter clasicista, cabe pensar que el desconocido tracista pertenecería al foco cortesano castellano. Sea como fuere, es una de las construcciones más señaladas de la época en la provincia. La antigua casa solar del linaje de Lazcano, cuyos cimientos se descubrieron en 1854, se hallaba situada en medio del pueblo al contacto del río y fue demolida por la hermandad de Guipúzcoa en el año de 1457.

El monasterio de Benedictinos fue en origen una fundación de Carmelitas Descalzas. También su fundación correspondería a María de Lazcano, quien procedería a la misma en el año 1640. Una vez efectuada ya la iglesia, seguramente diseñada por Fray Nicolás de la Purificación, el autor de la traza del convento sería Fray Juan de San José, diseño realizado en 1669. El retablo mayor fue diseñado por Fray Lorenzo del Santísimo Sacramento, ejecutándose entre 1664 y 1667, datos que bien podrían ser extensibles a los retablos laterales de San José y la Virgen del Carmen. El mayor es un retablo de cuerpo único, provisto de tres calles y con nueve lienzos efectuados por Vicente Berdusán. Es una realización muy destacable, tanto en lo arquitectónico como en lo que al complemento pictórico se refiere. De este modo, la compartimentación que estos organismos presentaban hasta entonces se abandona aquí, iniciándose una progresiva unificación del conjunto. En cuanto a los lienzos señalados, la calidad media es alta, si bien conviene destacar el Calvario del ático. Además, los retablos colaterales del Santísimo y San José se deben a Fray Marcos de Santa Teresa, quien los realizará justo antes de morir, circunstancia que acaecería en 1754. Ambos muebles presentan, como es lógico, idéntica traza y decoración. Sobresale en ellos el uso de columnas abalaustradas ordenando los retablos.

También en las proximidades de los edificios ya señalados, el monasterio de Bernardas fue igualmente fundado por María de Lazcano. También en este caso la iglesia es de planta de cruz latina, dominando nuevamente los principios clasicistas en su formulación. El retablo mayor y colaterales fueron ejecutados entre 1714 y 1716 por Fermín Larráinzar, maestro carpintero y arquitecto de Pamplona. Su labor fue sufragada por José de Soraburu, Oidor del Tribunal de la Cámara de Comptos del Reino de Navarra y Tesorero General de la guerra de esa provincia y de la de Guipúzcoa. El dorado, por su parte, fue labor efectuada por Francisco de Aguirre, dorador y estofador residente en la misma villa de Lazkao. Se impone en estos muebles el desarrollo arquitectónico, destacando, además de los soportes empleados, el temario decorativo, toda vez que la escultura no resulta ser de excesiva calidad.

En la plaza llamada del Zelai encontramos algunas viviendas de cierto interés. Es el caso de la casa solar de Orobione, la casa cural, bordatxuri y la casa solar de Etxarri. En la plaza llamada Euskadiko Enparantza sobresale la casa consistorial. Realización del siglo XVII, el primitivo edificio tiene planta baja y dos alturas, con un porche de cinco arcos carpaneles. A principios del siglo XX sería ampliado, construyéndose una vivienda. Con todo, la regularidad es prácticamente absoluta, tratándose de una realización relativamente modesta.

La ermita de San Prudencio fue diseñada por Fray José de la Cruz, si bien en octubre de 1750 se llamó a Martín de Carrera como perito, otorgando su opinión sobre el estado de las paredes. En su interior hay un retablo de hacia 1680, obra que consta de cuerpo único y remate. Ya en el barrio de Erreka existe otra construcción de este tipo, la ermita de San Juan Bautista, ligada con la casa solar de Uribe.

Fuera del núcleo urbano propiamente dicho, son fundamentalmente las construcciones domésticas las que deben ser destacadas. Así, en Lazkaomendi encontramos la casa solar de Iztueta y los caseríos de Zeberione y Maíz Goena. Además, la ermita de San Juan Ante Portam Latinam es una modesta realización sin excesivo interés arquitectónico.

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  • Ignacio CENDOYA ECHÁNIZ
    Profesor de la U.P.V.-Euskal Herriko Unibertsitatea