Udalak

GARAY

Situada en la Merindad de Durango y sobre las falda del monte Oiz esta anteiglesia de hábitat eminentemente rural cuenta con cuatro núcleos poblacionales (Momoitio, Santa Katalina, San Juan y San Miguel) y aunque de pequeño tamaño su patrimonio contiene elementos a tener en cuenta.

Existen dos iglesias parroquiales renacentistas y de similares características en el territorio de este municipio, algo excepcional si tenemos en cuenta el tamaño del mismo y la proximidad cronológica. La primera es San Miguel, en el barrio homónimo, un templo de una sola nave, planta rectangular, trabajado en sillería, algo que nos da una idea de su excelente construcción, y que posee dos accesos en medio punto moldurado. En la mitad del sigo XIX se construyó a los pies una torre campanario neoclásica, que contiene tres cuerpos separados por impostas, el más alto albergando campanas en cuatro arcos de medio punto, cúpula y linterna. Por lo demás cuenta con pórtico que recorre gran parte de su perímetro y al interior se cubre con madera vista. Es llamativa la similitud con San Juan Evangelista, la otra parroquia, y en el barrio de San Juan, ya que tiene las mismas características que la anterior, incluso en cuanto a la cronología, como si de una competición por realizar la mejor parroquia se tratase. Ésta tiene como diferencias las tres naves interiores, por una de la primera, y la cubrición interior, que aunque ambas de madera es de mayor calidad la de San Juan, con un artesonado inédito en esta zona. La torre es algo más austera y se adosa al ábside, pero de igual cronología y estilo, menos estilizada y rematada con cúpula de sillares de media naranja.

Dos ermitas existen actualmente en Garai. San Juan de Momoitio, un templo interesante ya que conserva restos que algunos autores los definen como románicos, tales como un vano en forma de aspillera apuntada en el muro testero con decoración de pomas en su contorno exterior, y varias excavaciones han determinado asentamientos y necrópolis desde el siglo II d. C. El resto se trata de un edificio renacentista de planta rectangular con tejado a cuatro aguas una de las cuales se deja caer sobre el lateral albergando una estancia anexa. Tiene pórtico a los pies sobre pies derechos de madera, su acceso es de medio punto con grandes dovelas y la espadaña, lateralizada y de sillería, alberga campana en vano de medio punto y está decorada con acroteras de bolas y piramidales y cruz pétrea. Fue restaurada en 1981. La ermita de Santa Katalina, en el barrio del mismo nombre (véase), es también de planta rectangular y de mampuesto con esquinales de sillería.

El palacio Garatikua es un bonito ejemplar renacentista a medio camino entre el palacio culto y la casa de labranza y llama la atención la gran calidad constructiva y decorativa para un enclave totalmente rural. Construido en 1574 su estructura es propia del caserío, con planta profunda, doble agua, dos alturas y camarote, pero su fachada principal nos sorprende con un lienzo de sillares perfectamente trabajados sobre los que se inserta un arco rebajado para albergar el pórtico y un doble ventanal adintelado enmarcado entre pilastras estriadas jónicas y entablamento con todos sus elementos característicos, todo muy clasicista. Por encima destaca una inscripción y las ménsulas que sustentan el alero, en número de cinco, decoradas con volutas siguiendo la línea general del edificio.

La Casa Consistorial se encuentra en un edificio construido en 1850 por Mateo Barrenechea, también autor de la torre-campanario de la iglesia de San Juan, de corte popular semejante a los caseríos con soportal en arco, tiene tres alturas, doble vertiente, balcón corrido en la primera planta, blasón municipal y portalón en arco rebajado, al gusto de las construcciones de labranza neoclásicas.

Dentro de la vivienda popular Garai destaca por la calidad de alguno de sus ejemplares. De época gótico-renacentista tenemos el caserío Etxeita, en Santa Katalina (véase), que de este período solo conservaría la fachada zaguera. De los denominados de armazón de postes destacaríamos Aiarza Goiti, con el típico relleno a base de mampuesto entre los postes vistos al exterior y con soportal sobre columna toscana. Conserva un hórreo de planta rectangular sobre cuatro columnas troncopiramidales y rodeznos, con tablazón de madera y tejado a dos aguas; Barrenengo Atzekoa, de cronología muy temprana para esta tipología, posiblemente del siglo XVI, luce blasón en la fachada de estilo renacentista; Oar Ganekoa, de dimensiones importantes, armazón visto y cerramiento de la parte alta encalado, sería del siglo XVII y Oar Erdikoa algo más complejo ya que en su desarrollo tiene entramado de postes en toda su estructura en uno de sus lados mientras que estos pierden su función sustentante en la planta baja del lado contrario, pasando a sostenerse sobre muro pétreo. De soportal arquitrabado tendríamos Duña con su planta baja recercada en grandes sillares y la alta con entramado visto relleno de ladrillo, mientras que la columna del soportal se sustenta sobre ménsulas molduradas; Duñabeiti, con tres cuerpos en su fachada principal, el central aparejado en ladrillo y los exteriores en mampuesto; Solagarai tiene como elemento singular su desván en voladizo y las molduras barrocas de algunos de sus vanos y Larriña de la misma época que el anterior, siglo XVIII, no difiere mucho de éste. Por último tenemos la última tipología, la de soportal en arco, normalmente más tardía y en la que la madera deja de tener función sustentante para centrarse exclusivamente en la piedra. Arroita Beitia es de mampuesto, dos aguas y arco dovelado con decoración cajeada y Emaldia y Arroita poseen doble arco en su acceso, el primero en arquería rebajada y ambos de estilo neoclásico ya entrado el siglo XIX.

Citar el puente del Diablo, construido en sillería en el siglo XIX, de un solo ojo en arco rebajado y con numerosas leyendas tras de él, lo que ha motivado su nombre.

Manu CASTAÑO GARCÍA (2006)