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Ibargüen, Juan Íñiguez de

Escribano "real y de número" de la Merindad vizcaína de Zornotza en el siglo XVI.

Hasta los años veinte y por Iturriza, se le tenia como autor de la Crónica General Española y Sumaria de la Casa de Vizcaya, y su antigua fundación y Nobleza, escrita hacia el año 1588. Las reservas acerca de la paternidad de Ibargüen sobre el manuscrito que ya apuntaba Iturriza, las demostró Darío de Areitio al confirmar que el autor principal era una persona que llama "mi padre" al Doctor García Fernández de Cachopín, de Laredo, por lo que el escribano vizcaíno sería sólo su colaborador (coleccionador de materiales).

Este hecho lo confirma, al parecer, el que sea el hijo del santanderino (Cachopin padre es considerado autor de la obra Grandezas de Vizcaya, de la que habla Llorente, quien manejó un ejemplar manuscrito de 1785 que custodiaba la Real Academia de la Historia), quien en su nombre y en el de Ibargüen, a quien llama "compañero", dedique la obra a Juan Alonso de Mújica y Butrón. Otras noticias hablan del escribano de Zornoza ejerciendo su oficio, en misión adjudicada en suerte, en la Junta General de Gernika de noviembre de 1559 y en el "regimiento" celebrado en Bermeo en marzo del año siguiente.

Siempre según Iturriza, recorrió en busca de datos numerosos archivos españoles, entre ellos los de San Pedro de Cardeña, Nájera, Oviedo, Simancas y Valladolid. La fantasía y exageración -así como el desorden general de la obra- que derrocha la Crónica hacen que Carmelo de Echegaray califique a Ibargüen de "patrañero", señalando que "la fantasía o credulidad de aquel escribano de Zornoza"... "tanto contribuyó a enturbiar los anales de Vizcaya". Lezama-Leguizamón se limita a decir que posiblemente recoge falsedades preexistentes.