Historialariak

Guiard y Larrauri, Teófilo

Célebre historiador de la villa de Bilbao y de su Casa de Contratación, nacido en Bilbao en 1876 y muerto también en Bilbao a principios de 1946.

En 1893 se graduó de bachiller en el Instituto de su villa natal, pasando luego a Salamanca a cursar los estudios superiores. En 1897 obtuvo ya la licenciatura de Filosofía y Letras, doctorándose más tarde en la Universidad de Madrid. En el mismo año de su licenciatura salmantina, lo vemos de director del semanario "Baserritarra", fundado por Sabino de Arana-Goiri. Más adelante fue miembro, desde 1912, de la Academia de la Historia, cronista, archivero y bibliotecario municipal de Bilbao, puestos que aprovechó concienzudamente para sus tareas de investigación histórica. Sus grandes obras giraron en torno a la historia de Bilbao y de sus instituciones centenarias. Abrió la marcha su monumental Historia de la Noble Villa de Bilbao, en cuatro volúmenes que fueron apareciendo sucesivamente en las prensas bilbaínas entre los años 1905-1912. La visión que ofrece Guiard del acontecer histórico de Bilbao se detiene en el año 1836, siendo probable -como estima Andrés E. de Mañaricúa- que en un principio pensase continuar la obra hasta entrado el siglo XX; lo que sea de esto, cabe hallar un complemento, si se quiere resumido, de eso que iba a ser la historia de la villa bilbaína a partir de 1836 en la colaboración de Guiard en el tomo Vizcaya de la Geografía General del País Vasco-Navarro, de Carreras Candí, en el que en las pp. 406-670 se recoge la parte correspondiente a la villa de Bilbao.

La otra gran obra de Guiard relativa a su villa natal fue la Historia del Consulado y Casa de Contratación de Bilbao y del Comercio de la Villa, aparecida en dos gruesos volúmenes en 1913-1914, también en Bilbao. En ésta venia a recoger el diligente archivero bilbaíno cuantos datos pudo reunir sobre la gloriosa institución, desde su fundación en 1511 hasta su extinción en el de 1830. En 1917 lanzaron las prensas bilbaínas un nuevo libro de Guiard, en una edición verdaderamente de lujo, magníficamente impresa y que, entre otras, contaba con ilustraciones del pintor Adolfo Guiard, hermano del autor (v.). Se titulaba la obra La industria naval vizcaína. Anotaciones históricas y estadísticas y la dedicaba el autor a D. Ramón de la Sota y Llano, "poderoso restaurador de la industria naval vizcaína". No vamos a demorarnos aquí en la reseña de otras publicaciones menores, artículos de revistas, periódicos, etc. Recogeremos tan sólo su participación en el I Congreso de Estudios Vascos, celebrado en Oñati el año 1918, con un trabajo sobre Historia marítima de Vizcaya, y otra en el ciclo de conferencias organizado por la Academia de Derecho y Ciencias Sociales de Bilbao en ocasión del centenario de la derogación de las Ordenanzas del Consulado de Bilbao. Se titulaba su trabajo Noticias de la fundación, desenvolvimiento y extinción del Consulado de Bilbao, y fue leído el 3 de diciembre de 1930, apareciendo luego impreso.

La obra de Guiard ha quedado como un hito memorable en los anales de la historiografía bilbaína. Como es lógico, tiene tachas; tampoco resulta difícil seguir una evolución y un proceso de afinamiento de sus criterios y modos historiográficos con el paso de los años. Pero ello no es óbice para que hayamos de reconocer la magnitud y la fundamental solidez de la obra guiardiana. Se le ha achacado a Guiard amaneramiento y cierta pesadez de estilo. ¿No tendría esto algo que ver con su intención fundamental de ceñirse lo más posible a la versión documental de los acontecimientos? Como escribe Andrés E. de Mañaricúa, "no hay concesiones a la facilidad de lectura" en la obra del historiador bilbaíno, sobre todo en los volúmenes que dedicó a la Historia de la noble villa. "Todo se sacrifica a la documentación y al dato histórico y no se ahorra la transcripción íntegra de documentos, ya en textos ya en notas". Algo más aligerados de carga documental, en el cuerpo de la obra, los tomos de la Historia del Consulado y el de La industria naval vizcaína, no desmerecerán de su hermana mayor por lo que hace al rigor del hacer histórico y al volumen de su aparato crítico al pie de página. En definitiva, que Guiard ha hecho obra sólida, enormemente sólida, sin fantasías ni florituras, procediendo sobre el empedrado robusto de la prueba documental. Se le ha achacado también a Guiard el ser un historiador desordenado por la forma en que están concebidos los tomos de la Historia de Bilbao y por el hecho de que capítulos de gran número de páginas no lleven epígrafes ni en la cabeza ni en el texto.

Pensamos, empero, que la falta realísima de índices sistemáticos en la obra de Guiard no es razón para que lo hagamos un historiador desordenado, siendo así que procede con un orden riguroso en el plan interno de la obra. Guiard fue individuo de la Comisión de Monumentos de Vizcaya, de los Museos Arqueológico y Etnográfico, y miembro correspondiente, desde 1912, de la Real Academia de la Historia. En los últimos años se han reeditado las grandes obras de Guiard: la Historia de la noble villa, en 1971, y la del Consulado, en 1972 (tres vols.); La industria naval vizcaína, en 1968, por la "Biblioteca Vascongada Villar". La primera promete un quinto volumen de la Historia de Bilbao, que, además de la colaboración citada de Guiard en la Geografía General del País Vasco-Navarro, traerá unos índices sistemáticos completos de la obra. En tanto aparezca este quinto volumen puede ser de utilidad, aunque se la reconozca deficiente, la obra de José Simón Díaz: Índices de la Historia de la noble villa de Bilbao por Teófilo Guiard Larrauri, doctor en Filosofa y Letras, Bilbao 1954. Políticamente hablando, fue un nacionalista vasco ardiente y militante. En 1912 formó parte de una comisión nacionalista que, junto con Landeta y Ulacia, pretendió establecer relaciones duraderas con los republicanos de Melquiades Alvarez.