Toponimoak

Colombia

La toponimia en el territorio de Colombia es eminentemente indígena. Las dos familias lingüísticas, la chibcha y la caribe, dejaron marcados los diversos dialectos en toda la morfología de 1.140.000 kilómetros cuadrados del suelo colombiano. No sólo en la topografía, la hidrografía y los otros accidentes físicos. También en cientos de nombres de poblaciones fundadas en tierras de tribus y en cacicazgos precolombinos. A esa más alta frecuencia de nombres realmente americanos siguen las denominaciones en castellano, puestas, en gran parte, por los propios conquistadores, colonizadores y fundadores. Pero no faltan los topónimos euskéricos. Los diccionarios geográficos de Colombia permiten computar entre un 1 y 1,5 % de topónimos vascos.

La más reciente compilación, que lista 60.000 términos del mapa colombiano, comprende 720 nombres vascos. La mayor abundancia de éstos corresponde a apellidos de colonos, colonizadores del tiempo colonial y republicano, encomenderos, religiosos, próceres de la independencia, presidentes de la República y santos. Con ellos denominan caserios, divisiones políticas, haciendas, quebradas, cerros, ramales, lomas, cuchillas, serranías, páramos, picos, boquerones, altos de la cordillera andina, mesas, arroyos, ríos, caños, cañadas, ciénagas, lagunas, simples lugares, brazos y playones fluviales, puertos, puntas costaneras, bahías.

Tenemos entre los apelativos de conquistadores, el de Andagoya, caserío y corregimiento en el municipio de Istmina, dentro del territorio del Chocó, que Pascual de Andagoya descubrió; Araos, sitio en Antioquía; Aldana, en varios Departamentos de Colombia, para designar distintos elementos geográficos; Heredia, varios corregimientos en los Departamentos de la Costa Atlántica; Ulloa, municipio del Valle del Cauca; Gamarra y Leiva entre los fundadores y pobladores, que dieron sus nombres a municipios. Los próceres de la gesta independentista de origen vasco, desde luego, tienen dedicados un gran número de ciudades y otros toponímicos.

Están Bolívar, Anzoátegui, Ricaurte, Salabarrieta, Baraya. Motivados en la veneración religiosa, existen numerosos nombres de San Ignacio, San Francisco Javier, San Javier y Loyola. Elegidos en honor de Presidentes de la República con apellidos vascos se encuentran Bolívar, Aránzazu, Echeandía, Olaya, Urdaiteta Arbeláez. Los nombres vascos de colonizadores modernos, sobre todo de la penetración andina contemporánea, desde Antioquía hacia el sur por la Cordillera Central, son numerosísimos: Aguirre, Arteaga, Arango, Bedoya, Berrio, Echeverri, Iriarte, Alzate, Gamarra, Isaza, Londoño, Marulanda, Ochoa, Ormaza, Orozco, Ospina, Salazar, Uribe.

El uso de nombres de la geografía vasca en la denominación de ciudades importantes colombianas es muy escaso. En la conquista tenemos tan sólo a Pamplona y Tudela de Muzo, fundadas por Pedro de Ursua. Pero sí se encuentran nombres geográficos del País Vasco en la nomenclatura colombiana de fuera de las grandes ciudades: Vasconia, pequeño lugar en el Departamento de Toponimia. Cundinamarca; Aránzazu, Arciniega, Arteaga, Achury, Baiona, Berástegui, Bermeo, Bilbao, Bolívar, Carranza, Durango, Gamarra, Garay, Gamboa, Gaviria, Ibarra, Mendoza, Mondragón, Múgica, Munguía, Oquendo, Orozco, Pamplonita, Peralta, Roncesvalles, Salazar, Samaniego, Vergara, Viana, Vizcaya, Zárate, Zúñiga. La mayoría de estos apelativos pertenecen a la toponimia menor colombiana relativa a sitios, veredas, corregimientos, pequeños municipios, etc., y son a su vez, en gran parte, apellidos corrientes en Colombia. El nombre de Roncesvalles, municipio en el Departamento del Tolima, sobre la agreste Cordillera Central, a 2.600 metros de altura, fue inspirado en la gesta de Orreaga. A este Roncesvalles lo crearon colonos antioqueños de alta montaña, en 1925. Encontraron similitud entre el bravío paisaje andino que tenían delante y las descripciones pirenaicas, "y lo llamaron Roncesvalles, a iniciativa de una de las familias establecidas allí, que era muy dada a distraer sus ocios leyendo las historias de Carlo Magno y sus doce pares", según se lee en la historia de este municipio tolimense.