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CINE-CLUBS

Asociaciones de aficionados al cine, que, en sus proyecciones periódicas seleccionadas previamente, tratan de estudiar la técnica y estética cinematográficas al mismo tiempo que la mecánica y el hecho de su influjo social. Su actividad principal consiste en hacer para ello una presentación del film y de su director, no sólo para mero conocimiento sino, sobre todo, para lograr en el espectador, durante la proyección, una postura de consciente actividad. Terminada la proyección, mediante un coloquio dirigido, se recogen las impresiones de todos para con ellas llegar a un enriquecimiento mutuo y una mejor comprensión del mensaje concreto y del medio cinematográfico en general.

En los últimos tiempos ha habido casi una invasión de estos clubs, sobre todo en las provincias del sur, pero existían ya antiguamente. En las provincias continentales no son muchos los cine-clubs, aunque es conocido el de Bayona y sobre todo el de Biarritz, uno de los más activos y de más solera en la "Federacion Française de Cine-Clubs".

También en las peninsulares nacieron muy pronto aunque muy escasos en número. Para finales de los años 20 (en concreto Vitoria organizó uno en enero de 1929) existían, al menos, en algunas capitales, siguiendo las orientaciones que, desde Madrid, daba Ernesto Giménez Caballero desde su "Gaceta Literaria". Su vida, en un principio, fue un tanto lánguida y tenía, a veces, carácter de reunión social de la pequeña burguesía de nuestras ciudades. Con la guerra civil desapareció casi todo vestigio hasta 1950.

Por conexiones con el Cine-Club de Zaragoza, fue precisamente Vitoria la que reanudó estas actividades con un "Cine-Club Vitoria", ahogado por supuestas inmoralidades en su programación (principalmente la inclusión del documental de arte "Les Charmes de l'Existence", de Jean Gremillon) en 1952. Su carácter aconfesional, durante la administración de Monseñor Bueno Monreal, hizo posible su muerte. Pero a los dos años, iba a cambiar totalmente el panorama. En mayo de 1954 los jóvenes de Acción Católica, con la dedicación personal del periodista José Luis Torres Murillo, organizaron una Semana de Cine en el "Novedades", con conferencias a cargo de profesores del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, a las que ilustraban media docena de films interesantes del momento. A los pocos meses, fruto de este cursillo, nacía el "Cine-Club San Sebastián", y con él el "Cine-Club Fax", de Bilbao, ambos con un marcado carácter confesional, especialmente el segundo. Este nacimiento coincide con una eclosión de clubs confesionales en todo el territorio español, obra, principalmente, del equipo que, por aquellas calendas, fundaba la revista "Film Ideal" y entre los que es justo destacar, por su intensa dedicación a todos los cine-clubs de la geografía española, con lo que recibió un grave quebranto hasta su salud, al jesuita P. Félix de Landaburu.

En este momento, vuelve a resurgir también el fenecido club vitoriano con el nombre de "Cine Forum Vitoria" y, poco a poco, apenas ha quedado población vasca de cierta importancia sin su correspondiente cine-club. Es cierto que en algunos núcleos importantes de población han fallado, como en Eibar, todos los diversos intentos, pero en poblaciones relativamente pequeñas han podido tener o tienen una vida pujante como en Araia o Zestoa. Sería imposible citar todos los existentes en las provincias peninsulares, por lo que sólo consignaremos los más importantes con algunas de sus peculiaridades.

Álava ha tenido en su capital varios clubs que, por fin, se han adherido al "Cine Forum Vitoria". Esta entidad ha mantenido siempre como su prenda más característica su aconfesionalidad, a pesar de serios intentos en contra de los entonces profesores del Seminario Monseñores Cirarda y Setién. En contrapartida, ha admitido siempre para su asesoramiento técnico a muchos eclesiásticos y, en concreto, su Academia de Cine siempre la han dirigido ellos. Sus miembros han atendido las demandas de orientación de otros cine-clubs y han llevado la dirección de los Cursos de Estudios Cinematográficos de "FIDES", de Tolosa. Su publicación "Cine Crítica" ha desaparecido recientemente. Fuera de la capital destaca el de Llodio, junto al que actúa un interesante grupo de cine amateur y en el que se echó a andar una actividad de monitores de cine infantil con cursillos de preparadores y actividades en las escuelas del valle.

Gipuzkoa es la más poblada de cine-clubs. El titular de su capital, además de sus actividades normales, ha organizado, con ocasión de los Festivales de Cine, Cursos de Estudios Cinematográficos con profesores de la Escuela Oficial de Cinematografía. También asesoran sus miembros a los clubs que lo solicitan y en su seno han nacido varios cineastas que se dedican ya profesionalmente al cine. En el larguísimo resto citaremos el de Irún, por su alta calidad artística debida a la presencia de artistas de otras especialidades interesados también en el cine el "Fides", de Tolosa, con sus anuales Cursos de Estudios Cinematográficos y sus actividades de monitores de cine infantil en las escuelas de las aldeas cercanas con material de 8 mm., en euskera; y el de Zestoa, cuya inclusión se debe sólo a que es, en la actualidad, el único cuyos diálogos se hacen habitualmente en euskera. Caja Laboral Popular fundó el 20 de abril de 1974 el de Ibaeta, muy conocido ya en San Sebastián.

También Navarra tiene su representación en este movimiento donde, además de su capital, tienen pujantes cine-clubs Tudela ("Cine-Club Muskaria") y Estella. Hace unos años tuvo también su vida el de Tafalla, en los tiempos del actual Monseñor Azagra.

En Bizkaia, en torno al "FAX" bilbaíno, podemos citar el de Las Arenas, que animó el sacerdote durangués García Frontaura, y el de Markina, abierto igualmente a su Escuela Profesional -donde está enclavado- y al público marquinés.

Como se ha dejado entrever, aparte del vitoriano, el irunés y alguno más, la casi totalidad ha sido creada y animada por la Iglesia. Por eso, este movimiento se ha caracterizado por una atención especial a los religiosos. Son muchos los clubs que dedican sesiones especiales a ellos. Baste citar, como más destacados, el "FAX" bilbaíno que hasta ha organizado cursillos especiales, con intervención de personalidades destacadas de la Iglesia y del cine; el "Cine-Club S. Sebastián"; el "Fides", de Tolosa, que además organiza cursillos periódicos especiales, y el de Estella. También las casas de formación han dado cabida a estas actividades. Pionero de este movimiento ha sido el Seminario donostiarra, durante el pontificado de Monseñor Font. Posteriormente ha habido cursillos y actividades periódicas en todos los seminarios vascos. Entre los religiosos, aunque han intervenido ya casi todos, es de justicia destacar la apertura y dedicación de la Compañía de Jesús, tanto dentro de sus casas de formación como hacia el exterior. En esto van parejos los Marianistas, que han sido, además, los primeros en implantar en el plan de estudios de sus colegios la asignatura Cine. Parte de estos cine-clubs . pertenecen a la "Federación Española de Cine-Clubs", que, actualmente, tiene una delegación que atiende exclusivamente los del sector norte. Durante la vida de esta Federación ha habido un vocal nacional vasco, el periodista vitoriano José María Llanos. Fruto de esta actividad es la conciencia que, poco a poco, se va difundiendo de la capital importancia del lenguaje fílmico y su eficacia como vehículo de cultura. Esto aumenta, al menos entre sus socios, la capacidad de reflexión y de crítica. A través de esta progresiva formación, se ha ido creando una opinión pública que, por otros medios, no hubiera sido posible. Estos clubs han sido, además, viveros de cineastas, críticos y escritores, que han colaborado en concienciar también a sus semejantes. Gracias a estos clubs pueden seguir viviendo, aunque lánguidamente, los Cines Especiales y los de Arte y Ensayo.

Luis de LARRAÑAGA