Industriak

CEMENTOS REZOLA

Sociedad Anónima. El modelo de industrialización de Gipuzkoa, en la segunda mitad del siglo XIX, de características muy distintas al de Bizkaia, se basó principalmente en tres sectores: el siderometalúrgico, y en mucho menor medida el textil y el papelero.

Sus promotores fueron titulares de pequeñas y medianas empresas, con frecuencia de carácter familiar, que se implantaron en buena parte del territorio produciéndose, también, una cierta especialización por valles. Pero junto a estas actividades surgieron otras de gran importancia, siendo una de las más destacables, la producción de cemento.

Las primeras experiencias para su obtención se desarrollaron en Inglaterra y Francia, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, introduciéndose en Gipuzkoa en 1836, durante la primera guerra carlista por soldados ingleses, que lo utilizaron en la construcción de las defensas de San Sebastián y posteriormente por trabajadores de la misma nacionalidad en las obras de la fábrica de Iraeta, que en aquellas fechas fabricaba frascos metálicos para el transporte de mercurio, de tal forma que a los pocos años ya se fabricaba el cemento natural en la zona. La primera información documental sobre su elaboración en las cercanías de Arrona, es una escritura fechada en Marzo de 1846, habiendo sido su desarrollo posterior muy importante.

Poco después, mediado el siglo XIX, José Mª Rezola Gaztañaga (Usurbil 13/11/1822), puso en marcha en San Sebastián la fábrica La Esperanza para la producción de cemento natural. Posiblemente los buenos resultados motivaron al promotor que en 1861 adquirió el solar del molino de Añorga Txiki y los derechos de explotación de la cantera Arteagakobizkarra. A su temprana muerte (1867) se hizo cargo del negocio su viuda Dorotea Olasagasti Irigoyen, constituyendo la sociedad "Vda. e Hijos de J. M. Rezola". Al final de la década de los noventa los herederos de la empresa, tres de sus seis hijos, Bernardo, María y Ricardo Rezola Olasagasti, crearon la sociedad colectiva"Hijos de J. M. Rezola".

El desarrollo de la producción de cementos naturales en Gizpuzkoa, basado en la disponibilidad de las materias primas necesarias, fue muy importante, de modo que a finales del siglo XIX contaba con una veintena de unidades productivas, ubicadas en dos áreas , el Bajo Urola y en torno a San Sebastián.

Con el inicio del siglo XIX los Rezola adoptaron una decisión de gran trascendencia: el paulatino abandono de la producción de cemento natural y el inicio de la del portland, lo que exigía una nueva planta productiva y los consiguientes mayores recursos económicos. Tras lograr nuevos inversores, el 15 de Enero de 1900 se constituyó una nueva sociedad comanditaria "Hijos de J. M. Rezola y Cía." que puso en marcha la fábrica de Añorga, que empezó a funcionar en 1901.

El contexto general fue favorable para los intereses de la empresa con la primera guerra europea 1914/18, pero en cualquier caso los Rezola supieron adaptarse a las cambiantes circunstancias de cada época, como la compra de un vapor en 1916 para dar respuesta a los problemas de transporte y la actualización de los productos que demandaba el mercado y de los medios para su fabricación. En 1929 la empresa se transformó en sociedad anónima con la denominación de "Cementos Rezola".

Pocos años después, en 1947, consigue el liderazgo de la producción española en el sector y tres años más tarde se alcanzaron las 200.000 toneladas y en esta década se sientan las bases para la expansión territorial con la entrada en el capital de "Cementos Alfa" y la constitución de "Cementos Hontoria" en Palencia. Tuvo gran importancia para el futuro de la empresa el hecho de que "Ciments Français" pasara a ser accionista de la sociedad.

Continuando su expansión, Rezola puso en marcha en Mayo de 1963 una nueva planta en Arrigorriaga (Bizkaia) con el nombre de "Cementos Rezola Vizcaya S. A."y otra en Arrona especializada en la producción de cementos blancos. Al final de la década se alcanzó una producción anual de 300.000 toneladas, iniciándose una notable desaceleración.

En 1989, "Ciment Français/Italcementi" se hace con la mayoría del capital de "Cementos Rezola" y al estar controlada por el grupo Financiera y Minera, cotizada en Bolsa, pasa a integrarse en el mismo, constituyendo un ejemplo más de la evolución de una empresa familiar que pierde esta condición para formar parte de una entidad de carácter marcadamente financiero.

La plantilla de "Cementos Rezola" ha registrado a lo largo de la historia grandes fluctuaciones, desde los 350 contratados en 1929 hasta los 600 en 1960 o los 425 de 1984. Actualmente (2006) entre las dos plantas Añorga (Gipuzkoa) y Arrigorriaga (Bizkaia), entre directos e indirectos, la empresa estima que emplea a unos 500 trabajadores.

Carmelo URDANGARIN ALTUNA (2006)