Ingeniariak

Apraiz Arias, Félix

Científico alavés nacido en Vitoria el 8 de marzo de 1880, hijo de Julián Apraiz y Sáenz del Burgo. Fallecido el 7 de septiembre de 1955.

Hizo el bachillerato en el Instituto de Vitoria (1893). Entre 1893-1898 inicia la carrera de Ciencias en las Universidades de Barcelona y de Madrid (sección de físico-matemáticas).

Ingeniero electricista en Lieja en 1900. En noviembre de 1903 se diplomó por el Instituto Electrotécnico Montefiore. Al año siguiente se doctoró en Ciencias físico-matemáticas por la Universidad Central. Fue nombrado profesor de Electrotecnia de la Escuela de Artes e Industrias de Santiago de Compostela. Viajó luego a Londres y Le Havre, donde estuvo trabajando en la empresa Westinghouse, su única experiencia industrial. Consiguió en 1906 una beca de un año para hacer estudios en el extranjero, pasando sucesivamente por Londres, Rotterdam, Amsterdam, Bruselas y París, en donde conoció a Marie Curie.

Entre 1905 y 1936 impartió la docencia en las Escuelas superiores de Industria de Vigo y de Valencia, en las de Gijón, Valladolid, Logroño y Tarrasa, y finalmente en la Superior del Trabajo de Madrid. Mientras permaneció en Gijón, simultaneó esta actividad con la docencia en el Instituto Jovellanos de esa misma ciudad, y fue también director de la citada escuela durante 1918. Sus asignaturas eran electricidad y magnetismo, y sobre todo principalmente la electrotecnia.

El estallido de la guerra civil 1936-1939 le sorprendió de vacaciones en La Rioja, donde fue enrolado en la Escuela Industrial de Logroño dedicada en ese momento a la fabricación de espoletas para bombas.

Reincorporado en 1939 a su puesto en Madrid, permaneció en él hasta mayo de 1941, en que, a petición propia, fue trasladado a la Escuela Superior del Trabajo de Logroño. En octubre de 1943 fue destinado a la plaza de electrotecnia general y especial de Las Palmas de Gran Canaria, ciudad en la que transcurrió la última parte de su vida activa, hasta marzo de 1950.

Según su principal biografiador, Juan José Icaza Zabala, Apraiz se interesó por los métodos algebraicos, vectoriales y tensoriales, y por la teoría de la relatividad, que combatió abiertamente.

"Su interpretación mecanicista de la electricidad le situaba justamente en la posición en que no podía admitir las consecuencias de los postulados sobre los que Einstein basó su teoría especial, porque lo que afanosamente buscaba era demostrar la covariancia en la mecánica clásica. Ciertamente, se ofuscó y la claridad con que veía las formas matemáticas -era un brillante manipulador del álgebra vectorial y tensorial- no le facilitó una idéntica claridad en los conceptos físicos. En la cuestión de la relatividad y, posteriormente, en el análisis dimensional, los dos puntos que tanto interesaron también a su interlocutor durante muchos años, Julio Palacios, Félix Apraiz fue realmente un heterodoxo".

En cuanto a su obra publicada, según recoge Icaza Zabala, su primera obra fue un alegato antirrelativista, de reducción de los fenómenos eléctricos a la mecánica, escrita en francés -que dominaba, así como el inglés- y que vio la luz en París, en 1922: Une réponse aux interprétations égarées du Principe de Relativité. L'éther existe et les phénomènes électromagnétiques sont purement mécaniques. Con su Electrotecnia General. Tratado de Electricidad y Magnetismo, de 1927, buscó hacer un tratado didáctico para las necesidades de la enseñanza en las Facultades y Escuelas Técnicas. Como en muchas de sus obras, en la reducción de la electricidad a la mecánica, decía:

"Creemos que no está lejano el día en que la Electricidad pueda reducirse a la Mecánica, ésta a la Cinemática, y ésta a la Geometría vectorial: en ese caso, el cálculo vectorial sería la realidad misma".

El libro Tratado de Electricidad y de sus aplicaciones, de 1933, tiene idéntico enfoque. Este mismo asunto fue el objeto de sus comunicaciones a los Congresos de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias de 1921 y 1929, del artículo que publicó en este año en la Revista Matemática Hispano-Americana y de una obrita escrita en francés, publicada en Vitoria en 1930, titulada La nature mécanique de l'Electricité. También participó en los Congresos de 1923, 1932 y 1942.

Además de unas obritas que publicó en Las Palmas de Gran Canaria en la década de los cuarenta, publicó artículos en la revista francesa L 'Eléctricien, Revista Ibérica, Las Ciencias y Metalurgia y Electricidad. Amén de inéditos guardados por sus hijas.

La relación científica más prolongada que mantuvo Apraiz fue con Julio Palacios, desde 1940 hasta 1954, prácticamente poco antes de su muerte, cuando se encontraba jubilado en Cenicero, sin que por ello compartiera sus ideas científicas, que no fueron acogidas por los medios científicos oficiales, responsables de las publicaciones a las que incansablemente remitía trabajos.

Además de sus publicaciones, no olvidó los aspectos prácticos de aplicación de la electricidad. Así, en 1918 registró una patente, sobre un sistema de tracción eléctrica sin carriles, combinando el equipo eléctrico empleado en los tranvías con el mecánico de los automóviles: eran los filomóviles o filobuses, basados en el mismo principio que los trolebuses, de cuya introducción en España nunca se reivindicó ningún mérito para Apraiz. Unos años más tarde, en 1921, presentó en el I Congreso de Ingeniería celebrado en España, una modificación del sistema, que hacía más económico su funcionamiento.