Lekaide eta lekaimeak

SAN VIRILA

Monje, probable abad de Leire (Navarra) en el 928. Según un relato legendario, este monje cavilaba sobre la felicidad eterna en el Cielo, que no acababa de comprender. Estando en ello y en pleno bosque, quedó cautivado por los trinos de un ruiseñor lo cual le supuso entrar en un trance que duró 300 años, al cabo de los cuales creyó haber estado sólo un rato escuchando al ave. De regreso al monasterio, nadie le reconoció por lo que hubo de recurrirse al archivo documental para hacerlo, momento en el que el ruiseñor penetró en donde se hallaba y depositó un anillo abacial en el dedo de San Virila. El culto a este santo debió de iniciarse hacia mediados del s. XI aunque la primera mención de la leyenda es de 1705. Un bajo relieve de entre los s. XIII-XIV insinúa algo de la leyenda del ruiseñor, que debió de recorrer Europa durante la Edad Media vehiculizada por el Císter. El primer relato aparece en el monasterio de Afflinghen (Bélgica), a mediados del s. XII. Luego en París, Inglaterra, España, Irlanda, Alemania, Austria, Portugal y Suecia. En 1725 el abad Alvarez de Eulate le dedicó un altar en Leire. En 1820, con la Desamortización, sus reliquias fueron trasladadas a Tiermas, supuesto lugar de origen del santo. Luego volvieron a Leire en su mayor parte y, más tarde, a la catedral de Pamplona. Al regresar los benedictinos en 1954, su culto fue restaurado. En 1964 Tiermas, que iba a ser despoblada por el pantano de Yesa, devolvió a Leire el cúbito que poseía. Su día se celebra el 1 de octubre. Iturralde y Suit desarrolló literariamente la leyenda.

Ainhoa AROZAMENA AYALA