Lexikoa

MARINA

El bloqueo naval al inicio de la Segunda Guerra Carlista (1872-73). El levantamiento carlista que dio comienzo a la guerra estalló en diciembre de 1872 en toda Euskalherria. Entre las primeras acciones de los sublevados estuvo la entrada en Bermeo de la partida de Goiriena que sorprendió al escampavía Nervión, apoderándose de sus armas y municiones (26-12-1872). Esta fue ya una guerra distinta, donde los barcos eran todos de vapor y sólo algunas embarcaciones menores utilizaban la vela. En 1873, la Marina liberal se hallaba en mejores condiciones que en 1833 pero tenía que distribuir sus efectivos en diversos escenarios bélicos: en el Norte y Mediterráneo contra los carlistas, frente a Cartagena contra los cantonales y en Cuba contra los insurrectos cubanos. Al Cantábrico sólo pudo destinar una reducida flotilla formada por la goleta Buenaventura, los vapores Gaditano, Ferrolano y Aspirante y varios escampavías. Luego se incorporarían la corbeta Consuelo, la goleta Concordia y el vapor Guipuzcoano, todos a las órdenes del comandante de Marina de Santander.La organización definitiva de la escuadrilla liberal no se efectuó hasta 1874. Su misión fue la misma que en la guerra anterior, impedir la llegada de armas por mar, obstaculizar la pesca en zonas carlistas y apoyar a las guarniciones costeras. Los carlistas tampoco tuvieron Marina en esta ocasión, aunque en 1874 crearon una Comandancia General de Costas, encargada de los asuntos marítimos. En 1873 los carlistas se apoderaron de casi toda la costa de Guipúzcoa y Vizcaya salvo los puertos de Guetaria, San Sebastián, Pasajes, Fuenterrabía, Portugalete y Bilbao. Casi todos los envíos de armas realizados ese año llegaron a su destino. El primero lo trajo a Motrico a finales de junio el vapor Deerhound que luego desembarcó otros cerca de Ispaster (15-7-1873) y cabo Higuer (27-7-1873). Cuando trataba de desembarcar un nuevo cargamento cerca de Fuenterrabía el 13 de agosto, fue descubierto por la Buenaventura y apresado. Otro vapor, el Orpheon, desembarcó también armas en Lequeitio (27-7- 1873 y, probablemente, 2-10-1873 también) pero se hundió poco después en Sokoa cuando iba a recoger un nuevo cargamento en Bayona. La llegada de otro vapor con armas a Ondárroa el 19 de octubre en circunstancias sorprendentes fue tomado por los carlistas como un auxilio divino. El barco, que se llamaba Ville de Bayonne, había salido cuatro días antes de Bayona y al cruzar la barra del Adour se incendió accidentalmente. La tripulación, temiendo que explotasen las municiones que transportaba, lo abandonó. El incendio, sin embargo, se extinguió por sí solo y el barco, arrastrado por las corrientes, apareció ante Ondárroa. Descubierto por los pescadores del puerto, fue remolcado hasta el muelle y allí se desembarcó rápidamente el cargamento con ayuda de todo el vecindario. Las armas y municiones llegaron en un momento decisivo, poco antes de la batalla de Montejurra; y el suceso se celebró con un solemne «Te Deum» en todas las iglesias del territorio carlista.