Lexikoa

MARINA

La Revolación Francesa (1792-1815). Desde la proclamación de la República francesa (1792) hasta los «Cien Días» de Napoleón (1815) una larga sucesión de conflictos enfrentó a Francia y Gran Bretaña por la supremacía en el Mundo Occidental. Las demás naciones europeas se alinearon con uno u otro en diversos momentos. En 1793 España, al lado de Inglaterra, se enfrentó a los revolucionarios franceses en lo que se conoció como Guerra de la Convención (1793-95). Durante la guerra, el Consulado de Bilbao armó en 1793 a sus expensas la goleta Nuestra Señora de la Consolación para la protección de las embarcaciones de comercio. Pero a los cinco meses fue apresada por una fragata francesa con casi toda su tripulación y el Consulado de Bilbao armó en 1794 el bergantín Guerrero con idéntico propósito. Tanto Vizcaya como Laburdi, en bandos diferentes, armaron también buques corsarios que capturaron numerosas presas. Uno de los corsarios franceses, el Borgoña, fue capturado en Plencia en 1794. Además, a finales del mismo año, cuatro lanchas, una de Elanchove, otra de Bermeo y dos de Lequeitio, capturaron la fragata francesa Bizarra cargada de vinos y licores. En 1795, los franceses cruzaron la frontera e invadieron Guipúzcoa y Navarra. Con ese motivo, la Marina española destinó a Vizcaya una escuadra ligera de 4 navíos y 6 fragatas al mando del vizcaíno Goicoechea que izaba su insignia en el San Telmo, pero la guerra terminó ese mismo año antes de que hubiera tomado parte en ninguna acción de relieve. A raíz del Tratado de San Ildefonso (1796) España cambió de bando y se alió a Francia contra Inglaterra en un nuevo conflicto que duraría, con diversas interrupciones, hasta 1808. Esta nueva guerra no fue más que una sucesión casi constante de derrotas para las escuadras de España y Francia con algunos éxitos individuales conseguidos por los corsarios. A pesar de todo, descollaron en ella varios vascos como el bilbaíno José de Mazarredo, la figura más brillante de la Marina en su época y defensor de Cádiz contra Nelson (1797); el vitoriano Ignacio María de Alava, teniente general de la Armada, segundo comandante de la escuadra española en Trafalgar (21- 10-1805), que fue capturado por los ingleses con su navío, el Santa Ana, pero consiguió escapar cuando era remolcado a Gibraltar, y finalmente Cosme Damián Churruca, ilustre hidrógrafo nacido en Motrico y que pereció en el combate de Trafalgar mandando el San Juan Nepomuceno. Muchos otros vascos como Castaños, Olaeta, Gardoqui, Moyúa o Francisco Javier Ugarte, comandante del Santísima Trinidad, el mayor buque de su época, participaron en este combate que estableció de forma definitiva la decadencia de España como potencia marítima. Al lado de Francia destacaron varios labortanos como D'Albarade, nacido en Biarritz y que fue nombrado ministro de Marina en 1793; Bernard Dubourdieu, de Bayona, que combatió desde 1792 en Europa, en Egipto, en las Antillas y finalmente murió luchando contra los ingleses al frente de una división naval en el Adriático (1811); Jacques Bergeret, otro bayonés que se distinguió en el Mediterráneo y las Indias, y los corsarios como Etienne Pellot de Montvieux o Pierre Laffitte.