Guerillas

Usabiaga Jauregui, Marcelo

Militante de la izquierda vasca nacido en 1916 en Ordizia; fallecido en Hernani el 23 de julio de 2015.

Vivió hasta los 4 años en Bayona (Laburdi) donde su padre trabajaba de transportista, termina por instalarse en Irún, residiendo en esta ciudad hasta que estalla la guerra.

Estudia Profesor Mercantil en San Sebastián, terminando sus estudios en 1935. Antes, en 1933, cuando sólo cuenta con 17 años, se afilia a la Juventud Comunista cuando en Irún el responsable de esta organización es Agapito Domínguez, fusilado luego, al comienzo de la guerra, en Pikoketa. Participa en la organización de la FUE en Irún, en el Instituto, y luego en San Sebastián, donde uno de los dirigentes de esta organización en aquella época es García Leceta, padre del conocido militante del PSOE de Gipuzkoa, García Cañibano, ex-director de la Junta de Obras del Puerto de Pasajes. En un Congreso de la FUE en 1935, en Madrid, acude como Delegado de Gipuzkoa y conoce allí a Tuñón de Lara que era entonces miembro de la Dirección Nacional. Colabora en Irún, en octubre de 1934, en el aparato de propaganda con Cristóbal Errandonea y también, posteriormente, en los pasos de frontera de los que huyen de la represión, por lo que es detenido.

En julio de 1936 participa en la defensa de Irún. Después huye a Francia y, de allí, a Barcelona. Se incorpora a la Columna "Ramón Casanella" con la que marcha al frente de Madrid, junto con otros muchos vascos. Al disolverse ésta, decide apuntarse en la Escuela de Pilotos de Albacete pero llega tarde, después de haber finalizado el plazo de inscripción. Vuelve entonces a Barcelona donde contacta con la JSU. Se relaciona con José Cristóbal Errandonea, hermano de Manuel Cristóbal Errandonea, conocido dirigente comunista vasco, por cuya mediación, hacia el mes de febrero de 1937, vuelven a Euskadi. Primero, por Francia, llegan a Bayona. De allí, en un pequeño barco de pesca y tras una dura travesía, desembarcan en Bilbao donde Usabiaga se incorpora al Batallón "Rosa Luxemburgo" al mando de Manuel Cristóbal Errandonea, acuartelado en el Balneario de Urberuaga, cerca del Kalamua. Se trata de un frente que, en aquel momento, se encuentra todavía tranquilo. Luego, tras una accidente que cuesta la vida a varios dirigentes de la JSU de Euzkadi -muere uno de los hermanos Zapirain y pierde un brazo Paco Zalacain-, es incorporado a su Dirección como encargado de la sección de Agit-Prop. Se retira hasta Asturias y de allí huye a Francia en un barco que, tras una dura y azarosa travesía, llega al puerto de Lorient.

Marcha de nuevo a Barcelona donde se incorpora otra vez a la JSU. Después de trabajar algún tiempo con los refugiados vascos en Barcelona se alista de nuevo en el Ejército Republicano, en Gerona, en el arma de la Artillería Antiaérea o DCA. Actúa en el Estado Mayor y, en diciembre de 1937, participa en la ofensiva sobre Teruel con el grado de sargento. Durante el año 1938, con su batería de la DCA. se mueve de un lado a otro por todo el frente: Aragón, Lérida, Tremp, etc. Más tarde pasa al frente de Levante, en la zona que va de Valencia a Teruel, una vez cortadas ya las comunicaciones con Cataluña.

Al terminar la guerra es detenido en Valencia y, después de pasar por varias cárceles y penales de esta provincia, es juzgado y condenado a 30 años de cárcel. Trasladado a Gipuzkoa en 1943, es destinado al Destacamento Penal de Arrona, dependiente de la cárcel de Ondarreta, de donde se fuga en septiembre de 1944, escapando a Francia por Biriatou. Al pasar clandestinamente el Bidasoa es detenido por los franceses y conducido a un campo de concentración instalado en Hendaya, en los antiguos barracones utilizados por la División Azul en su primera etapa hacia el frente del Este. En ese campo conoce a Francisco Lapeira Martínez, antiguo taxista en Bilbao, que fue comandante de tanques durante la guerra. Un día aparecen en el campo un grupo de guerrilleros de la "Unión Nacional" que piden voluntarios para incorporarse a sus unidades. Es la primera vez que Usabiaga oye hablar de la "Unión Nacional", de la lucha anti-nazi, de la Resistencia, etc. Entre los que se presentan está Pepito Gómez, de Irún, conocido de Usabiaga, que ha actuado en la Resistencia francesa con el nombre de "Esparza". Sabiendo que acaba de llegar del interior se lo llevan, interesados en la información que les puede proporcionar. Así pues, sin pasar allí ni un solo día, marchan en camiones a Vieille, un pueblo situado en el camino de Pau a los Pirineos, cerca de Lourdes, lugar en el que estaba estacionada una unidad de guerrilleros, muy bien organizada y equipada. Estamos en la última quincena de septiembre de 1944. Aquí se encuentra también Jacinto Ochoa, de Pamplona, y el bilbaino Javier Lapeira, convertido ya en su amigo. El irunés "Esparza" es el instructor militar de esta División mandada por Valledor. Posteriormente, marcha con él a Pau, siendo conducido al Estado Mayor de los "Guerrilleros Españoles" situado en el Hotel Bristol, donde es interrogado sobre la situación en España por los responsables de los guerrilleros, entre ellos el mismo Valledor.

En octubre de este año se organiza la operación guerrillera "Reconquista de España" en la que, en varias oleadas y por diferentes puntos del Pirineo, cientos de "maquisards" penetran en la España franquista (Ver Maquis). Poco antes Usabiaga, junto con Lapeira, incorporado ahora a la X Brigada de Guerrilleros Españoles a las órdenes de Vicuña, penetra en el interior de Navarra en labores de información. Fracasado este primer intento, el PC decide cambiar la táctica, organizando la penetración de pequeños grupos guerrilleros autónomos, con la misión de marchar a las zonas interiores donde se haya decidido promover la insurrección antifranquista o reforzarla en el caso de que existan algunos núcleos activos. Así, casi sin interrupción, se organizaron, improvisadamente, en muchos casos, las penetraciones guerrilleras orientadas según la nueva táctica.

El caso mejor conocido, desde el punto de vista documental y debido a la supervivencia de alguno de sus protagonistas, es el referente a la expedición guerrillera que se organiza ya en el mes de noviembre -cuando todavía no se han apagado, como se ha visto, los ecos de las operaciones de octubre- con la finalidad de penetrar en el País Vasco. Siguiendo la nueva táctica se preparan grupos reducidos en los que se procura que haya una parte de los componentes que sean de la zona a la que van destinados. Después de un corto período de entrenamiento en Pau se crean así dos grupos encargados de penetrar en Euskadi con una misión de exploración para conocer la situación de la zona en lo que se refiere a las perspectivas de la lucha guerrillera, en busca de puntos de apoyo con la intención de organizar el camino hacia Vizcaya, como antesala de la entrada en Santander y en los Picos de Europa, o si las condiciones son favorables, intentar organizar el movimiento guerrillero en Euskadi. Usabiaga se incorpora a uno de los grupos. El jefe de su grupo, que aparece como de la UNE, es Pedro Barroso Segovia, natural de Toledo, albañil de profesión, que ha actuado durante la fuerra en el famoso XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero como teniente, habiendo formado también parte del Tribunal Popular de su ciudad natal. Condenado a 30 años en 1939 ha llegado a Francia, fugado de la cárcel, en julio de 1944. Completan el grupo el joven Regino González Moro, natural de Saelices de Mayorga (Valladolid) pero residente en San Sebastián donde tiene familia; Javier Lapeira, natural de Erandio, mecánico chófer, antiguo tanquista durante la guerra, y el capitán Gandía, experto guerrillero. Casi al mismo tiempo, y de manera paralela, se organiza otro segundo grupo con parecida misión. Este, al mando del capitán José González Suárez, natural de San Salvador (Santander) cuenta entre sus filas a Nicolás Chopitea, de profesión calderero, natural de Abanto y Ciérvana, curtido militante de la zona minera y capitán del "Perezagua" durante la guerra a quien ya se ha hecho referencia anteriormente; a Manuel Micó Bartomeu, natural de Bancheta (Valencia); a Esteban Huerga Guerrero, de Gijón y Víctor Lecumberri Arana, mecánico ajustador, natural de Eibar que al llegar huido a Francia ha informado de la situación casi preinsurreccional en que -según él- se encuentra su zona de origen, razón por la que, nada más realizar la penetración su grupo se dirigirá a esta ciudad. Se incluye entre los guerrilleros a una mujer, Victorina Castán del Val, natural de Zuara (Zaragoza), con el fin de realizar funciones de enlace. Usabiaga, a través del comandante Ordoki, irunés como él, anteriormente ligado a la X Brigada Guerrillera, entra en contacto con el contrabandista de Fuenterrabía Bernardo Zamora Iriarte, "Beñak", que mediante el pago de 1.000 ptas. por persona, les trasladará a la otra orilla con todo el equipo, es decir las ametralladoras, munición y bombas de mano. El 18 de noviembre de 1944, el grupo llega a la playa de los Frailes de Fuenterrabía y se interna en el monte.

En la subida, uno de los componentes de la guerrilla pierde un cargador de una de las metralletas "Sten" lo que, posteriormente, tendrá fatales consecuencias. Dejan las armas escondidas en una meta en el monte y, después de pernoctar en Irún y establecer el contacto con José Aguilar, el representante del PC en esta población, marchan a San Sebastián en taxi, bajando en Rentería donde se encuentra un control de la Guardia Civil, para continuar desde Pasajes, de nuevo, hasta llegar por fin a la capital guipuzcoana. Aquí deben buscar urgentemente un punto de apoyo y acuden al domicilio de Francisco Lirio, hombre de confianza al que les ha dirigido Aguilar. Pero éste se encuentra ausente y su mujer se niega a recibirlos. El grupo marcha a una dirección de las que traían de Francia, en la calle Campanario, en la Parte Vieja, donde les recibe Tomasa Aramayo Echeverría, natural de Pasajes, quien les dice que sólo pueden pasar allí una noche. Algún familiar suyo en el exilio ha dado su dirección como punto de apoyo. El problema que se les plantea es que, sin tener ningún domicilio fijo y seguro están a la espera de una cita con "Beñak" que debe traerles las armas desde Fuenterrabía. Al no saber qué hacer y faltos de puntos de apoyo, deciden ir a casa de Ponciano Domínguez, un tío de Regino González, respetable empleado de Banca, sin ninguna vinculación política que, por razones familiares, les recibe en su casa de la calle San Martín. Aquí logran contactar por fin con "Beñak", quien les informa de la llegada del segundo grupo y de que las armas escondidas, han sido llevadas a un caserío donde se encuentran en lugar seguro. También les pone en conocimiento de que la policía está alertada y al tanto de su llegada ya que un soldado de la guarnición de Guadalupe ha encontrado un cargador de metralleta y lo ha entregado a sus superiores. Poco antes, y después de quedar en que a la vuelta contactarán con Ajarnaute -el responsable del partido en San Sebastián- Barroso, Lapeira y Gandía marchan a Bilbao para comprobar las posibilidades allí existentes y ver si se puede contar con puntos de apoyo.

Para ello contactan con algunos militantes como Constantino Ruiz, Víctor Uribe, y Pedrosa en cuya casa se refugian. Allí esperan algunos días pero como no reciben noticias de San Sebastián, adonde calculan que ya ha debido llegar el segundo grupo, envían a Lapeira de vuelta para conocer la situación y dar las instrucciones para ambos grupos. Chopitea debe marchar a Vitoria, Lecumberri a Eibar y Usabiaga y el resto deben ir a Bilbao para formar allí un grupo de acción del que Gandía debe hacerse cargo como responsable político-militar. Al poco de llegar Lapeira a San Sebastián, la policía, al mando del inspector Melitón Manzanas, irrumpe en el piso de la calle San Martín y detiene a todos los allí presentes. Lo mismo ocurre con el segundo grupo, llegado dos días después del de Usabiaga, que se ha refugiado en casa de Tomasa Aramayo. Antes de la caída han realizado numerosos desplazamientos y contactos por Vitoria, Eibar, Ormaiztegui y Zumarraga, razón por la que este grupo arrastrará a gran número de personas en la misma. Los detenidos serán torturados y maltratados y Usabiaga en particular recibirá continuas palizas, durante varios días, de Melitón Manzanas. En Bilbao, Gandía y Barroso, inquietos por no tener noticias de San Sebastián, deciden que el primero vaya allí a conocer la situación. Para ello, se citan previamente, el 3 de diciembre de 1944, con Ormazábal, el responsable del partido en Bilbao, con el fin de que les consiga un salvoconducto para el viaje. Realizado el contacto en la calle San Francisco toman un tranvía hasta las afueras y cuando Gandía y Barroso se encuentran solos ocurre un hecho inesperado que hará cambiar radicalmente la situación. Montado en un tranvía que pasa por allí un policía reconoce a Barroso -cuya fotografía como las del resto del grupo se encuentra en todas las Comisarías del País Vasco- y le detiene sin darle tiempo a reaccionar. Gandía logra huir, perseguido de cerca, y tras pasar un período en Vizcaya, trabajando en las tareas de reorganización del partido, no pudiendo organizar ningún grupo guerrillero y encontrándose completamente aislado decide volver a Francia adonde llega, cruzando el Bidasoa en un punto de la carretera entre Behobia y Endarlaza, el 12 de marzo de 1945.

En el juicio sumarísimo celebrado en los cuarteles de Loyola de San Sebastián el 6 de julio de 1945, con más de 40 implicados en el expediente, se condenará a muerte a Pedro Barroso Segovia, José González Suárez, Regino González Moro, Esteban Huerga Guerrero y Javier Lapeira Martínez. Todos, menos Pedro Barroso, serán conmutados. Este saldrá de la cárcel de Ondarreta el 10 de septiembre de 1945 para ser ejecutado al día siguiente en Vitoria. Marcelo Usabiaga recibirá una pena de veinte años y un día de reclusión mayor. Así termina este primer intento guerrillero que deja al descubierto la precariedad de las condiciones en que se pudo trabajar en Euskadi. De la cárcel de Ondarreta Usabiaga fue destinado a Chinchilla (Albacete), que era una prisión destinada a los "fuguistas". Era hacia finales del otoño de 1945. Primero, como cárcel de paso, le mandaron a Carabanchel. De aquí a Alcázar de San Juan (Albacete) y después a Córdoba y a Puerto de Santa María. Aquí permaneció un año en una situación muy dura -persecución, "chivatos", etc.- con muchos comunes mezclados con los políticos que en su mayoría estaban calificados como "fuguistas". Posteriormente al llevar a cabo, en 1946, la concentración de todos los presos comunistas en el Penal de Burgos, fue trasladado allí donde permaneció 14 años, de 1946 a 1960, saliendo con su condena de 20 años y un día ya cumplida. La otra condena, la de la guerra, que era de 30 años, le fue sobreseída. De la de 20 años cumplió los dos tercios de la pena con lo cual ya pudo salir en libertad.

Hasta su fallecimiento vivió en Hernani, donde trabajó en la empresa Orbegozo desde su liberación.