Caballero del siglo XIV, perteneciente al linaje labortano de Urtubia. Destacado participante en la expedición navarra a Albania, invadió el ducado de Atenas, conquistando Tebas. Son muy escasas las noticias biográficas respectivas al caudillo; años antes de embarcarse en Tortosa la Compañía navarra, para ponerse a las órdenes del infante Don Luis, recibió el capitán varias mercedes de su rey Don Carlos: en 1374, una asignación de 1.000 florines de oro aragoneses y los emolumentos de los molinos del puente de Tudela; un documento del año 1375 habla de los gastos de Juan de Urtubia en Gascuña, por ciertos negocios que interesaban al rey; acaso esos gastos provenían del alistamiento de gentes en el citado país ultrapirenaico. En el embarque de Tortosa, aunque simple escudero, llevaba cincuenta hombres de armas a su servicio; mientras sirvió a los Hospitalarios de Rodas capitaneaba, por lo menos, cien. Urtubia invadió el ducado de Atenas en los primeros meses de 1379. Después determinó apoderarse de Tebas, aprovechando la ausencia de Bernardo Ballester, acaso el más firme sostén de la dominación catalana en Beocia, y el descuido en que vivían los magnates de la ciudad. Se ignora el nombre de sus defensores, a pesar de que existían personajes muy cualificados; el asedio tuvo la eficacia de un conjuro para apaciguar las discordias catalanas y alcanzar la unión requerida por la presencia de los navarros. Galcerán de Peralta, antiguo castellano, y Pedro Balter, notario de ella, acudieron con tropas escogidas; trabóse recio combate, adverso a los catalanes, y sus caudillos cayeron prisioneros. Era Galcerán de Peralta mantenedor de la Casa Aragonesa, la cual en aquellas circunstancias no podía recibir golpe más certero. Luis Fadrique de Aragón, vicario general, al año siguiente quiso reconquistar a Tebas, pero los navarros lo evitaron aliándose con los Hospitalarios de Rodas. Dentro de dicha ciudad maquinaban enemigos de la anexión del ducado a Cataluña, entre los cuales se contaban no pocos catalanes; se dice que por estos motivos abrieron los descontentos las puertas a los navarros, a quienes apoyaron también los muchos extranjeros que en aquellas tierras moraban y los mismos naturales. La conquista de Tebas marca el crepúsculo de la dominación navarra en Grecia. Pocas noticias nos quedan respectivas a la duración y episodios de su poderío en Morea, donde se perpetuaron durante cuatro lustros. En 1382 la Compañía navarra se alió con el vizconde de Rocaberti, caudillo de los catalanes, por donde se puede suponer que se había retirado de la Beocia y unido a sus hermanos del Peloponeso. Juan de Urtubia no logró, como su compañero Mahiot de Coquerell, fundar ningún principado; tampoco figura su nombre entre los que firmaron la paz con Venecia en 2 de enero de 1382, ni en la lista de los navarros que en 1390 se habían ya repartido los feudos del Peloponeso. Ref. José María Lacarra: Historia política del Reino de Navarra, III, Pamplona, 1973.