Hombre de Estado guipuzcoano, nace en Segura en 1683 y muere en Madrid el 21 de octubre de 1731. Orendáin viene a ser el prototipo del hidalgo rural vascongado que, valiéndose de sus aptitudes de secretario, llega a escalar los puestos más altos de la jerarquía social.
En 1707 lo vemos alcalde en su villa natal, avecindándose al año siguiente en Yepes en ocasión de su casamiento con una dama castellana. Ido a Madrid, se relacionó con el grupo de asentistas y negociantes vascos que pululaban en los puntos neurálgicos de la vida económica de la capital. Orendáin le debió no poco a Grimaldo en el comienzo de su fulgurante carrera en la corte. Está comprobado, con todo, que más tarde Grimaldo tuvo celos de su antiguo protegido, conspirando contra él. Ministro de confianza de Luis I en la secretaría del Despacho Universal de Estado durante su breve reinado, siguió como ministro del mismo Despacho y aún en el de Hacienda a la muerte de aquél. Dueño en 1725, cuando volvió a reinar Felipe V, de toda la confianza de Isabel de Farnesio, intervendrá decisivamente en asuntos de gran importancia.
Ayudó en un principio a Ripperdá de cuyas locuras se asustó más tarde, siendo el encargado de prenderlo. Sus simpatías por Viena y su actuación concreta frente a Inglaterra en los años 1728-1729 fueron tal vez la razón de que el historiador inglés Coxe no haya visto en él más que al trabajador mecánico y rutinario de oficina, desprovisto de talentos y dignidad, siendo notorio que en muchas ocasiones dio cumplidas pruebas de energía y de ductilidad, en una época por demás compleja y difícil. Obtuvo el título de Marqués de la Paz en 1725 y el hábito de caballero de Santiago en 1729. Orendáin fue uno de los agasajados por las hirientes pullas del Duende de Palacio, cuyo texto cabe ver, junto con otras precisiones sobre la vida del biografiado, en JCB: La hora..., pp. 465-488, 355-364.