Literato hispanorromano del siglo I. Es el vascón más célebre de la antigüedad romana.
Nació el año 30 de J. C. en Calagurris según testimonio de Ausonio y de San Jerónimo. Que fue natural de Calahorra, en la Hispania Tarraconense, lo dice San Jerónimo que leyó y tradujo el Códice de Eusebio Cesariense, íntegro en su tiempo. Según propio testimonio, su padre le dedicó al foro. Fue siendo joven a Roma donde tuvo por maestros al gramático Remio Polemón y al orador Domicio Afro a quienes menciona frecuentemente en sus obras. Terminados sus estudios y educación en Roma, vuelve a su tierra donde se le da un cargo en el Tribunal de la Tarraconense. San Jerónimo cuenta cómo el año 68, al ser nombrado Emperador Galba, volvió con éste a Roma destacándose inmediatamente en el foro romano como gran orador. Al establecer Vespasiano la enseñanza oficial de la Retórica fue la escuela que regentaba Quintiliano en Roma la primera que recibió una subvención de 100.000 sestercios, cantidad enorme en su tiempo para el fin a que se dedicaba:
"La escuela privada de oratoria que en Roma regentaba el calagurritano Quintiliano fue elevada (el año 74) a la condición de pública y subvencionada por el fisco".
"Quintilianus ex Hispania calagurritanus, qui primus Romae publicam scholam habuit et salarium e fisco accepit, claruit".
San Jerónimo, Chronicorum, I, II, Olimpiada 216.
Después de veinte años de dedicarse a la enseñanza nuestro Quintiliano se retira para dedicarse a la preparación de su famosa obra sobre oratoria. Cuando apenas había comenzado a redactar el libro IV de la obra, el Emperador Domiciano le encarga la educación de sus sobrinos, los hijos de Flabio Clemente, nietos de su hermana Domitila a quienes proyectaba dejar el Imperio, recibiendo, además, el título honorífico de Cónsul. La desgracia de sus discípulos coincidió con la muerte de su esposa de la que había tenido dos hijos, después de siete años de matrimonio, que también murieron, a los pocos meses uno, y unos años más tarde el otro. Estos hechos sumieron a Quintiliano en un gran abatimiento, pero pasado algún tiempo contrajo segundas nupcias. La hija de este segundo matrimonio fue dotada por Plinio cuando contrajo matrimonio con Nonio Céler. La gloria de Quintiliano se debe a los doce libros de su tratado De Institutione Oratoria. Murió el célebre orador hacia el año 95 de J. C.